Llora tu cárcel.

Lloro mi cárcel.
Ese lugar donde me encerré pensando que me abrigaba, pero cuando me di cuenta que en vez de resguardarme me asfixiaba ya era tarde.
Me creía libre, o más libre que much@s. Pero es mentira, vivo el encierro de una libertad querida y coartada.
Me gustaría volar, gritar, arañar y besar y en vez de eso, camino, callo, tiendo la mano y huyo.
Sé que podría hacerlo, sé que lo hubiera hecho si las cosas me hubiesen sido más fáciles o mucho más difíciles.
Pero la vida me dejó en un punto muerto que llené de una marcha que no era la mía.
Lo jodido es que a menudo cuando te das cuenta es demasiado tarde.
Es mucho más amable no darse cuenta nunca y no tener nunca que llorar tu cárcel.

( Ago.18.22)