¡Desencadenadxs!
Ahora yo ya dejé de ir, de irte.
Y lo hago desde lo más hondo de lo más harto.
Aún la inercia me empujará un poquito más hacia ti, pero poco, bien poco, lo que dure el reprís porque ya no voy, ya no estoy yendo.
Ha sido un gran descanso parar de empujar.
Un gran alivio poder descansar mi espalda en tu huida.
Un ascenso importante en la carrera hacia la nada…
Un gran premio ganado al tiempo…
Por fin se me instala la calma agria que da el relajo de no tener que nadar más contracorriente.
Por fin se me desinstala esa tensión amarga por tener que salir de los remolinos del desamor.
Que dulce verte pasar sin que me agravie que pases sin mirada.
Que alegre el día que despierta sin esperar tus buenas noches.
Que tranquila la noche que recoge sin pretender tus buenos días.
Gracias por salir antes de entrar y gracias por dejar pasar sin ocupar.
Entiendo perfectamente que esto te vaya grande pero todavía entiendo más
como no quiero retorcerme para caber en lo que a mí me va pequeño.
Tanto respeté tus tiempos, que los míos se agotaron.
Ya me retiro a fuera de ti y en mí ya no está la intención de tenderte puentes,
pero puede que aún te quede alguno porque no dependen de mí, los deciden el tiempo y la vida.
Pero este cansancio se me lleva sin tensión, me aparta sin despecho.
Me voy con el amor, el placer y la libertad que dan ceder, dar el brazo a torcer para poder recuperar el enderezo del cuerpo entero.
Ahora me recojo al amparo de mi pequeña tribu.
Es@s a los que mis errores lejos de enfadarles, les enternecen.
Es@s que aunque sus ánimos estén a ras de suelo, alzan su copa a la altura de mi alegría.
Es@s que cuando no pueden levantarme del suelo, se tienden a mi lado.
Así que con la fuerza de esa tropa sosteniéndome y esperándome, te digo:
Adiós.
Adiós a los sueños y a las vigilias.
Adiós a las esperas y a los tropiezos.
Adiós y gracias por todo, pero adiós, por fin adiós, sobretodo adiós.
Sobretodos ADIÓS
(Jul.27.18)