Entregar la verdad para descansar

Entregar la verdad para descansar.

 

La entrega de la verdad debería ser liberación.

Porque te doy lo que siento, lo que soy.

Y lo que soy y lo que siento nace solo, sin esfuerzo. Una vez puedes soltar la tensión de tener que esconderlo, o de querer aparentar postureo claro…

Porque ya no quiero enfocarme en qué es lo que quiero de ti, porque la pura verdad es que ni lo sé…

Si te entrase queriendo algo de ti, sería sólo una idea, una pre conceptualización de lo que mi mente imagina que puedes o no puedes ser conmigo.

Y si imagino quien puedes ser en función de cómo te veo ser con los demás, peor aún.  ¿Qué tendrá eso que ver con lo que puedas ser conmigo, si yo no soy los demás…???

Y por si todo ello fuera poco, añade que tampoco podemos valorar nuestra relación de hoy y mucho menos la de mañana porque ni tu tú, ni mi yo, no son los mismos de ayer, ni de lejos los que serán mañana porque la permanente evolución transforma los cuerpos, las psiques y las vidas implacablemente.

Y…¿hay algo más imbécil y arrogante que hacer ese futurismo??

Anda por favor, ayúdame a liberarme de mi yugo y estate a mi lado, cerquita, sin ser nada “mío”.

Pero hazlo solo si en cuerpo y alma gimes de placer silente cuando orbito cerca, si no puedes pasar demasiado tiempo sin contaminarte de mí.

¿Nos bajamos de la parra y nos arrodillamos ante la vida, para poder caminar erguidos, libres y acompañados?

Pero eso sí,  si elijes quedarte, que sea bajo un responsable ejercicio de libertad, porque solo te quiero cerca si te quedas porque no ves a nadie mejor en el mundo para compartir eso exclusivo conmigo. Solo entonces te quedarás libre y entregad@ para que podamos vivir ese único nosotr@s y sólo así me podrás dar tu mejor versión de ti, porque también sabrás que puedes irte en cuanto quieras y mientras te quedes conmigo sé que vibrarás de pura vida a mi lado.

Y por último… ¿para saber cómo relacionarnos?¿cómo bailar nuestra vida común? la respuesta es muy sencilla… démonos lo mejor de nosotr@s mism@s, lo que mejor sepamos hacer, lo que más nos divierta, lo que más excite nuestra alma, y démonoslo solo cuando tengamos ganas y solo porque nos dé la gana.

Y cuando la absurda mente binaria pregunte qué etiqueta hay que colgar a este nosotr@s, sugiero responderle muy amable y rotundamente: ninguna.

Que los pensamientos se hagan a un lado y que podamos honrar la vida…¡en SILENCIO!

 

(Dic.18.04)

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