Ese lugar tuyo
Dicen que hay un espacio suave y esponjoso en el que puedes deslizarte,
que es tuyo,
que es un magma etérico que te envuelve y protege,
que se convierte en certeza y que te separa de la adversidad
si lo habitas,
permite que la veas pero te cuida de diluirte en ella
y sí, es cierto, existe,
pero se cultiva.
No se compra, ni se exige, ni se mendiga.
Se cultiva, se genera, se invoca.
Se invoca, se genera, se cultiva, mejor en ese orden
hasta que te toma, te posee, te nutre y te defiende.
También te acuna, te mece, te cuida, te acaricia
y te hace fuerte, rotunda, especial, sencilla y presente
y entonces las aristas de fuera se tornan cantos rodados para dentro.
Los dolores de fuera se calman con amores de dentro.
Los fríos de fuera se atemperan con el calor de dentro.
Las iras de fuera se doman con dulzuras de dentro.
Los desprecios de fuera se desarman con cuidado de dentro
y un buen día adentro es afuera.
(Dic.23.22)