Tengo 38 años y dos hijos de 14 y de 11.

En los últimos años de mi vida he pasado por situaciones personales difíciles ( graves
enfermedades vividas muy de cerca, pérdidas de personas importantes para mí…) que,
añadido a una forma de ser muy responsable y exigente conmigo misma, provocaron en mí un
desfallecimiento y desgaste tanto físico cómo psíquico.

El ámbito laboral tampoco ayuda mucho a esta situción cuando tienes personas a tu cargo y no
sabes si las estás liderando de forma correcta y en ocasiones te sientes perdido.

Vivimos empujados por el estrés y tomamos decenas de decisiones al día, pero en raras
ocasiones nos paramos y les damos a todas ellas la reflexión y el tiempo que merecen.
Desde temprana edad he sido una persona reflexiva y espiritual, que ha intentado dar su lugar
al alma, pero posiblemente en muchas ocaciones me olvidé del cuerpo.

Berta me ha ayudado a hacer un alto en el camino, a dar lugar a la relajación sin pensar que
sea tiempo perdido y desde la calma poder pensar, poder tomar decisiones o no, poder
escucharnos, escuchar lo que el cuerpo nos pide ( en ocaciones más cuidados y calma…) a
darle al cuerpo el respeto que se merece. Si nuestro cuerpo nos acompaña podremos
conseguir una mayor claridad mental.

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